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Bienestar respiratorio en primavera: cómo cuidar el asma y respirar mejor

  • Foto del escritor: Mónica Peláez
    Mónica Peláez
  • 6 may
  • 3 Min. de lectura

Una historia personal, una mirada profesional y un compromiso con el aire que respiramos


Hace unos días escribí unas líneas por el Día Mundial del Asma, pero me quedé corta. No conté lo más importante: que para mí, vivir con asma alérgica no es solo un diagnóstico, es una experiencia diaria, un aprendizaje constante.

Y cada primavera, esa relación se pone a prueba.


Cuando me mudé de Colombia a España, cambié el aire húmedo del trópico por uno más seco, cargado de polen, polvo urbano y contaminación ambiental. En Barcelona, descubrí lo que significan los famosos plataneros: sombra en verano, sí, pero también irritación en los pulmones en abril.


Después me enamoré del Penedès. Del campo, del huerto, del estilo de vida Km 0.

Pero también llegaron los estornudos, la tos seca, el ahogo silencioso.

Una primavera incluso terminé ingresada en la Clínica. Salí con una receta que incluía cuatro inhaladores diarios. Y ahí me planté.


No porque subestimara la medicina, sino porque me negaba a resignarme a vivir medicada de por vida sin entender qué estaba pasando en mi cuerpo.


Del diagnóstico a la acción: mi propio camino


Empecé a investigar. A leer. A consultar médicos integrativos, nutricionistas, terapeutas respiratorios. Descubrí que una parte del problema no era solo el aire exterior. También era lo que pasaba dentro de mí: mi sistema inmune, mi microbiota intestinal, mi nivel de inflamación crónica, mis carencias minerales.


Y ahí empezó una transformación real. Reponer zinc, magnesio, manganeso y selenio, cuidar mi flora intestinal, reducir químicos en casa y aprender a respirar… cambió mi salud respiratoria. No fue inmediato. Pero fue profundo.


Hoy, en primavera, sigo tosiendo algún día. Pero ya no tengo miedo de salir. No me encierro más. Y eso es libertad.


La primavera y el aire: un binomio complejo


No soy la única. Según el European Respiratory Journal, el cambio climático está alargando e intensificando las temporadas de polen. Y según la Agencia Europea de Medio Ambiente, más del 90% de los europeos respira aire contaminado, por encima de lo que recomienda la OMS.


Estamos ante una realidad compleja: el aire que respiramos está cambiando, y nuestros cuerpos lo sienten. Especialmente quienes tenemos condiciones respiratorias, pero también niños, personas mayores o quienes viven en zonas urbanas densas.


Bienestar respiratorio en primavera: cómo cuidar el asma y respirar mejor

Lo que a mí me funciona: hábitos para respirar mejor


Quiero compartir lo que me ha ayudado, por si puede servirte:


1. Ventilar con inteligencia

• Al amanecer o al anochecer, nunca en horas de máxima polinización.

• En días de alerta, uso apps de calidad del aire, purificador HEPA y mantengo ventanas cerradas.


2. Plantas que purifican sin agravar alergias

• Helechos, potus, sansevierias, cintas.

• Nada de flores con polen expuesto. Limpieza semanal de hojas.


3. Cero químicos en casa

• Nada de ambientadores sintéticos, sprays o productos con fragancias artificiales.

• Limpieza con vinagre blanco, jabón natural y control de humedades.


4. Respiración, descanso y movimiento

• Ejercicio moderado cada día.

• Respiración nasal, profunda, consciente.

• Dormir bien y proteger el ritmo circadiano.


5. Microbiota feliz = pulmón más fuerte

• Dieta antiinflamatoria.

• Mucha fibra vegetal, fermentados naturales y alimentos ricos en minerales esenciales.

• Ortiga, piña, calabaza, menta poleo, avena y agua de calidad.


6. Y sobre todo, no dejar de salir

• Si hay mucho polen, uso gafas, sombrero y pañuelo. Pero salgo. Respiro. Camino. Cultivo. Me expongo al sol.


Aire: un eje central también en mi trabajo


Como asesora de espacios saludables y proyectos con certificación WELL, el aire no es solo un indicador técnico. Es salud pública, prevención, rendimiento cognitivo, energía vital.

Y por eso, en cada proyecto donde trabajo, el diagnóstico de la calidad del aire interior es uno de los primeros pasos.


Lo analizamos. Lo filtramos. Lo mejoramos.

Porque el aire es invisible, pero es lo más esencial que entra a tu cuerpo, incluso antes de la comida o el agua.


Conclusión: se puede vivir con asma, y también se puede vivir mejor.


La primavera ya no me paraliza. Ahora la habito, con conocimiento, con herramientas, con salud. Y desde esa experiencia personal —y profesional—, te lo digo con toda seguridad: respirar bien cambia tu vida. Solo es cuestión de disciplina, conciencia y constancia para adquirir bienestar respiratorio en primavera: y cómo cuidar el asma y respirar mejor.

 
 
 

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"El arquitecto del futuro se basará en la imitación a la naturaleza, por que es la forma más racional, duradera y económica de todos los métodos.

A. Gaudi

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