Diseño de espacios con perspectiva de género: Más allá de la estética, una cuestión de bienestar
- Mónica Peláez
- 8 mar
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 may
Diseño con impacto social
El diseño de espacios con perspectiva de género, no es solo una cuestión de estética; es una herramienta poderosa para el bienestar, la inclusión y la equidad. Como bien dijo mi amiga urbanista Ana María Álvarez: “Un buen diseño no empieza con una idea bonita, sino con la necesidad de un colectivo”. Esta frase resuena con la filosofía de estudios como Equal Saree en Barcelona, que abordan la arquitectura con un enfoque participativo, asegurando que los espacios sean accesibles, seguros y funcionales para todas las personas.
Un ejemplo concreto de su trabajo es la renovación de la Plaza de la Prosperidad, donde se consultó a niñas y mujeres para adaptar el diseño a sus necesidades. Asimismo, han creado proyectos como Lactancia Mamífera, un espacio de libre acceso para quienes amamantan, promoviendo la inclusión en entornos públicos.
Pero el diseño con perspectiva de género no se limita a los espacios urbanos; también impacta de manera significativa en entornos laborales, educativos y comerciales. Espacios de trabajo, colegios, hospitales y tiendas pueden ser transformados para garantizar una experiencia más equitativa y accesible para todos.
El diseño inclusivo en oficinas: un asunto de productividad y bienestar
Cuando trasladamos esta reflexión al diseño de oficinas, nos damos cuenta de que muchos espacios laborales continúan siguiendo estándares que no consideran la diversidad de sus usuarios. Desde Wellecosystem, hemos analizado cómo ciertos diseños pueden potenciar o limitar la equidad, la productividad y la salud de las personas trabajadoras.
Problemas comunes en el diseño de oficinas
Temperatura inadecuada: La mayoría de los sistemas de climatización están ajustados según estudios basados en metabolismos masculinos, lo que deja a muchas mujeres con frío constante en la oficina. Un estudio de la Universidad de Maastricht demostró que la temperatura ideal para mujeres suele ser cinco grados más alta que la establecida en la mayoría de oficinas.
Mobiliario no adaptado: Sillas y escritorios diseñados bajo medidas estándar que no se ajustan a distintos tipos de cuerpos, provocando problemas posturales. La ergonomía adaptativa es clave para reducir problemas musculoesqueléticos.
Iluminación deficiente: Una mala distribución de la luz puede afectar la concentración, el bienestar visual y la productividad. Las oficinas con luz natural han demostrado mejorar el rendimiento laboral y reducir la fatiga ocular.
Falta de espacios de descanso y lactancia: La ausencia de estos espacios impacta la conciliación y el bienestar laboral, especialmente en mujeres y personas cuidadoras.
Diseño de espacios comunes sin consideración de seguridad: La falta de visibilidad, áreas oscuras o distribución inadecuada pueden generar sensaciones de inseguridad, afectando la comodidad y la confianza de las trabajadoras.
Estos factores tienen un impacto directo en la salud, el rendimiento y el compromiso de las personas empleadas, lo que a su vez repercute en la productividad de las empresas.

Datos y estudios que respaldan el diseño de espacios con perspectiva de género
Los beneficios de diseñar con perspectiva de género están respaldados por diversos estudios:
Un estudio de la Universidad de Cornell revela que los espacios con buena ergonomía pueden reducir hasta un 30% los problemas musculoesqueléticos en trabajadores.
La revista Harvard Business Review indica que el 90% de los empleados afirman que un entorno bien diseñado mejora su productividad y satisfacción.
Datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) muestran que las empresas que invierten en ergonomía reducen hasta un 40% los costos asociados a enfermedades laborales y bajas por estrés.
Un informe de McKinsey & Company destaca que las organizaciones con estrategias de inclusión de género tienen un 25% más de probabilidades de obtener beneficios superiores al promedio en su sector.
Según un informe del World Green Building Council, los edificios bien diseñados pueden aumentar la productividad hasta en un 23%.
Diseñemos para el bienestar real
Tanto en oficinas como en entornos urbanos, incorporar una perspectiva de género no es una cuestión ideológica, sino una estrategia efectiva para mejorar la eficiencia y el bienestar.
Además, el diseño inclusivo tiene un impacto positivo en la retención del talento y la reputación empresarial. Empresas que implementan estrategias de diseño con enfoque de género y diversidad reportan niveles más altos de satisfacción y compromiso en sus equipos.
El diseño inclusivo no solo impacta positivamente en la experiencia de las personas usuarias, sino que también genera beneficios tangibles para las empresas y comunidades. Apostemos por un diseño que parta de la necesidad real de las personas, garantizando espacios que promuevan equidad, seguridad y bienestar para todos.
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